- Limitar el tiempo de pantalla.
Los pediatras recomiendan un uso nulo de la pantalla en niños menores de 2 años y un máximo de 2 horas al día en niños mayores de 2. Muchos padres comentan que es complicado evitar las pantallas hasta los dos años (sobre todo los que tienen hermanos mayores) pero muchas familias comentan que a partir de los dos años es más fácil establecer el límite de las dos horas al empezar a introducir rutinas. En cualquier caso creo que tener claro que hay que limitar el tiempo de pantalla nos ayuda a generar rutinas al respecto.
- Reglas sobre el uso de la TV.
Si tenemos claro que hay que limitar el tiempo de pantalla, entonces este segundo paso se hace evidente necesitamos nosotros (los padres) y ellos los niños saber cuándo sí y cuándo no podemos usar la TV. Las reglas nos ayudan a no tener que discutir cada día sobre el mismo tema. Podemos poner la regla que durante las comidas no hay TV ó bien al contrario que vemos un poco la Tv mientras cenamos pero no cuando volvemos del colegio. Es importante establecer unas normas claras y conocidas por todos respecto al uso que hacemos de la tecnología.
Tanto si estamos hablando de TV como si estamos hablando sobre videojuegos ó app; es importante que los padres sepamos qué contenido están consumiendo nuestros hijos. No todo el contenido supuestamente infantil es adecuado y es más, a cada edad, hay un contenido adecuado. Por tanto aunque a ellos les guste es importante que nosotros seleccionemos y evitemos el contenido.
- Situación de las pantallas.
Es importante tener en cuenta dónde situamos las pantallas, nuestra recomendación es que estén situadas en lugares comunes y no en el cuarto de los niños. Tanto si hablamos del ordenador como si hablamos de la Tv deberíamos sin , generar una sensación excesiva de control, tener claro qué consumen, cuánto tiempo etc; para ello, es más fácil si las pantallas están en un lugar de fácil acceso.
Hay que limitar el uso de la TV como “ambientador” . Es decir, que la TV como un aparato que está conectado de manera perpetua no ayuda. Hay que hacer un uso responsable.
- Los padres somos su ejemplo.
Deberíamos los padres hacer nosotros mismos un uso responsable de la tecnología. Tratar de limitar el tiempo de conexión a nuestras redes, móviles, tabletas etc. Es complicado enseñar a nuestros hijos a relacionarse de manera responsable con la tecnología si nosotros mismos no lo hacemos.
- Uso conjunto de la tecnología.
De la misma manera que compartimos cuentos con nuestros hijos que los contamos, hablamos, dialogamos etc. Deberíamos hacer lo mismo con la tecnología. No hay que dejarles solos (sobre todo a los más pequeños) sino que hay que jugar juntos, hablar, dialogar etc esto es parte de una aprendizaje, poco a poco van a poder ellos usar la tecnología de manera autónoma. Siempre decimos que el verdadero potencial de un libro es la conversación que generamos a partir del material, pensamos que con la tecnología pasa lo mismo si dejamos que lo usen exclusivamente de manera autónoma estamos perdiendo la oportunidad para aprovechar el potencial de la tecnología como herramienta lúdico-educativa.
Un consumidor consciente, informado y que ejerce su poder de decisión, desde una actividad cotidiana, puede influir en las reglas y patrones de producción, disposición, e incluso ventas amigables con el medio ambiente.
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